Cuando eran cachorritos, este león, oso y tigre fueron adquiridos por un narcotraficante que nunca les dio los cuidados apropiados. El arnés del oso fue incrustándose en su cuello porque el dichoso “propietario” no lo ajustó a medida que éste iba creciendo.
Los tres animales fueron objeto de abuso y negligencia durante años, pero fueron finalmente rescatados y el arnès fue removido.
Al ser transladados a un santuario animal en el estado de Georgia, en los Estados Unidos, los cuidadores trataron de separarlos por la obvia preocupación de que los tres grandes predadores fueran a pelear. Durante el período de separación de prueba, los animales se mostraron no-cooperativos y mal comportados. Pero una vez que fueron reunidos de vuelta, su comportamiento mejoró.
Doce años después, los tres enormes son inseparables. Pasan sus días jugando, acurrucándose y comiendo juntos. No hay planes para separar a estos grandes compañeros de toda la vida.
Resulta increíble ver a estos tres grandes carnívoros vivir juntos. Ojalá algún día los seres humanos también aprendamos a dejar atrás los prejuicios que tenemos ante otras especies así como lo hicieron los protagonistas de esta historia.
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